Aunque muchos no lo sepan, la labor de los bomberos no termina cuando el fuego se extingue. Es en ese momento, en medio de las estructuras calcinadas y el humo residual, donde comienza una de las tareas más críticas y menos comprendidas, como lo es la investigación científica del incidente.
La investigación de incendios es una disciplina forense que analiza el origen y la causa de los incendios mediante un enfoque científico y sistemático, que básicamente busca determinar el origen y la causa del fuego, analizando la escena y recolectando evidencia para identificar si fue accidental, natural o intencional.
Se realiza en dos etapas principales: la investigación en la escena del incendio para recopilar pruebas como patrones de quemaduras y evidencia física, y el análisis de laboratorio de muestras obtenidas.
Obviamente, esto implica la observación de patrones de quemado, la recolección de muestras, entrevistas a testigos y el uso de métodos sistemáticos para descartar hipótesis y llegar a conclusiones basadas en evidencia.
Es por ello, que cuando una catástrofe golpea una comunidad, como los devastadores incendios Urbano-Forestales donde están involucrados inmuebles y viviendas junto a grandes extensiones de terreno con abundante vegetación, la respuesta de los investigadores es determinar el punto exacto de origen para luego dar con las causas de la ignición.
Los expertos han demostrado que solo una investigación metódica y rigurosa siguiendo las mejores prácticas puede extraer lecciones verdaderamente valiosas para el futuro, ya que de hecho, el objetivo de toda investigación, es ayudar a prevenir futuros incendios, mejorar las prácticas de seguridad y, si es necesario, presentar cargos contra los responsables.
Categorías de Incendios Forestales por Propagación
Venezuela desde el punto de vista topográfico, presenta una gran diversidad de relieve, que incluye la cordillera de los Andes en el oeste, la cordillera de la Costa en el norte, los Llanos en el centro, el Macizo Guayanés en el sur y las planicies deltaicas en el este.
Esta variedad genera diferentes pisos térmicos y climas, siendo la altitud un factor determinante en la temperatura y las condiciones climáticas. De allí que, por lo general los incendios de vegetación (o forestales) en Venezuela sean clasificados en tres tipos principales, según la parte de la vegetación que se está quemando:
1. Fuego de Superficie (o de Suelo)
Esta es la categoría más común en Venezuela, especialmente en zonas de sabana y sotobosque. El Combustible Afectado: Es casi siempre material orgánico que se encuentra sobre el suelo, como la hojarasca, hierbas, pastos secos, arbustos bajos, y ramas secas caídas de los mismos árboles.
Entre sus características, se pude señalar que generalmente se propagan rápido en zonas de pasto, pero la llama es relativamente baja. Son los más fáciles de controlar con ataque directo (líneas de defensa, uso de batefuegos o agua).
2. Fuego de Copa (o Aéreo/Corona)
En esta categoría, esos fuegos son los más peligrosos y de alta intensidad, típicos de zonas boscosas densas, como en Parques Nacionales o zonas montañosas. El Combustible Afectado: Es obviamente la parte superior de los árboles (las copas).
Entre sus características, es preciso diferenciarlos porque se dividen en dos tipos: Copa Pasivo y Copa Activo. El Copa Pasivo, es aquel en donde el fuego avanza por las copas, pero está acoplado y depende del fuego de superficie. Si se apaga la superficie, se detiene.
Mientras que el denominado Copa Activo, es aquel en donde el fuego avanza de forma independiente por las copas de los árboles, saltando de copa en copa. Son los más difíciles de combatir y a menudo requieren recursos aéreos y ataque indirecto.
3. Fuego de Subsuelo (o de Profundidad)
Esta categoría de incendios en vegetación, son muy comunes en turberas o áreas con mucha materia orgánica acumulada y en descomposición. Esto se ve generalmente en parques nacionales cómo ha sucedido en algunas zonas del Waraira Repano (Cerro Ávila), situado en la ciudad Capital o en el Parque Nacional Henri Pittier, ubicado en la zona norte del estado Aragua.
El Combustible Afectado en este tipo de incendios, es básicamente la materia orgánica en descomposición, raíces y humus, bajo la capa superficial. Entre sus características, se pueden señalar que se queman lentamente, a menudo sin llama visible (combustión incandescente), lo que dificulta su detección.
Su peligro reside en el hecho, que pueden reactivarse los fuegos de superficie días después de que el incidente principal ha sido controlado.
Clasificación Adicional por Severidad
En Venezuela, como en otras regiones, también se utiliza la clasificación de la severidad del incendio para evaluar el daño ecológico y la necesidad de recuperación del ecosistema. Un método común utilizado por observatorios y científicos (basado en técnicas de teledetección como el Índice de Quemas Normalizado o ΔNBR) clasifica el daño en la vegetación:
• Severidad Baja: Poca afectación al suelo y la vegetación, alta probabilidad de recuperación.
• Severidad Moderada: Daño significativo a la vegetación aérea y superficial.
• Severidad Alta: Destrucción casi total de la cubierta vegetal y gran afectación de la materia orgánica del suelo, lo que hace la recuperación más lenta.
Contexto Venezolano Específico
Es importante notar que, según análisis realizados, una gran parte de los incendios de vegetación en Venezuela se generan por la acción humana, ya sea intencional o negligente (quemas agrícolas no controladas o chispas de cables eléctricos), aunque también en otros incendios en vegetación, se ha determinado la ignición ha sido por causas naturales (como rayos).
Estos incendios ocurren predominantemente en las sabanas durante la temporada de sequía. Sin embargo, la mayoría de los incendios en vegetación que tienen afectación Urbano-Forestal, son los que más suceden año tras año, debido a la acción humana.
Metodología y proceso
Los bomberos encargados de la investigación de la escena, se encargan de analizar el lugar para determinar el origen y la trayectoria del fuego, haciendo una recopilación de datos, mediante la documentación de pruebas físicas, se toman fotografías y elaboran croquis del sitio del incidente. Además, se recopilan testimonios de testigos que estuvieron cerca del incendio.
Posteriormente se hace el correspondiente análisis de pruebas, en donde se analizan muestras, como líquidos inflamables o restos de materiales, en laboratorios para determinar la causa del incendio, considerando las categorías de la vegetación donde se desarrolló.
Para ello, se emplean métodos de análisis científico, utilizando en ocasiones modelos matemáticos, estadísticas y conocimiento de la ciencia del fuego para interpretar los hallazgos y evitar interpretaciones personales y subjetivas.
Objetivos
Este procedimiento se emplea para determinar el origen y la causa, estableciendo cómo y por qué comenzó el incendio e incluso cómo este interactuó con las infraestructuras circundantes. Esto permite identificar responsabilidades, logrando esclarecer en casos de negligencia o intencionalidad, la investigación puede proporcionar pruebas para procesos legales.
Otro objetivo clave, es mejorar la seguridad, ya que los hallazgos ayudan a identificar fallas en diseño, sistemas eléctricos u otras causas, lo que permite mejorar las estrategias de prevención de incendios.
Por último, ayuda a recopilar estadísticas con datos cruciales para que los investigadores puedan entender las tendencias de incendios y desarrollar metodologías de prevención cada vez más confiables y precisas.
Es por ello, que la investigación de incendios permite crear una línea de tiempo espaciotemporal robusta, esencial para comprender la secuencia exacta de la destrucción y desde dónde y cómo se originó el fuego partiendo de las cenizas que dejó.



